Los colores del atardecer nos cautivan a las cuatro, son las 22h y yo no encuentro el momento de parar de hacer fotos. Ha sido una tarde mágica y divertida. La noche nos espera con su luna llena, un mojito y una lluvia de estrellas.
Al día siguiente, fui con la cámara para repetir la foto y cual fue mi sorpresa que había otra araña. Ya sabes... la naturaleza no te permite segundas oportunidades